Evaluación del T.D.A/H.

"La atención es la capacidad que tiene el ser humano para ser consciente de los sucesos que ocurren tanto fuera como dentro de sí mismo."

En el DSM-IV, el manual de diagnóstico de la Asociación estadounidense de psiquiatría (American Psychiatric Association), hay una lista de nueve síntomas propios de los problemas de “falta de atención”.

Las personas que califican para un diagnóstico de TDA/H presentan al menos seis de estos nueve síntomas.

  • Con frecuencia no prestan atención a los detalles o cometen errores por descuido en la tarea escolar, el trabajo u otras actividades.
  • A menudo tienen dificultad para mantener la atención en tareas o actividades de juego.
  • Con frecuencia no parecen escuchar cuando se les habla directamente.
  • De manera frecuente no siguen instrucciones hasta el final y no finalizan las tareas escolares, tareas, o deberes en el lugar de trabajo (que no es debido a conductas de oposición o a falta de comprensión de las instrucciones).
  • A menudo tienen dificultad para organizar tareas y actividades.
  • De manera frecuente evitan, les disgusta o se muestran reacios a hacer tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como tareas escolares o para el hogar).
  • A menudo extravían cosas necesarias para las tareas o actividades (por ej.: juguetes, tareas escolares, lápices, libros o herramientas).
  • A menudo se distraen fácilmente con estímulos externos.
  • A menudo se muestran olvidadizos para las tareas diarias.

La evaluación de TDAH, no es sencilla al haber distintos subgrupos, según predomine los problemas de atención o los de hiperactividad e impulsividad.

No existe una prueba única que por sí sola permita hacer un diagnóstico exclusivo y confiable. La evaluación debe incluir:
  1. Un examen médico completo para evaluar la salud general del niño y descartas problemas de tipo visual, auditivo, anemias o la falta de componentes vitales para su salud.
  2. Una evaluación psicológica profesional para tener una idea clara de la condición emocional del niño, incluyendo pruebas de capacidad intelectual y de desarrollo cognitivo.
  3. Una evaluación familiar para la cual se utilizan las escalas de comportamiento.
  4. Una evaluación escolar que incluya la historia académica y de comportamiento del niño en el aula.
  5. El diagnóstico se basará en el cumplimiento de los criterios del DSM-IV, que son los criterios diagnósticos establecidos por la Academia Americana de Psiquiatría (1994) o del CIE-10 (1992) reconocidos y establecidos por la OMS.
PARA SABER MÁS:

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